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Anoche Soñé Con Vos

Anoche soñé con vos. Tan real el sueño que una sensación de asfixia y angustia me dominó por un instante cuando mi mano se encontró con el vací­o en la cama. Sorprendido, atropellado por las emociones, suspiré, mirando hacia el techo, tratando de volver a las imágenes, tan ví­­vidas, premonitorias, tal vez deseo y pasado amalgamados, del instante anterior.

Qué heridas eran las que sangraban, qué sonidos los que llevaron a ese lugar? Somos tan frágiles, a veces.
Intranquilo, sabiendo que hay estaciones que difí­­cilmente vuelva a ver, me acomodé en el tren de la Vida, cruzándome de brazos que es la forma en que suelo encerrarme en mi mismo, sacando la cabeza por la ventana para mirar hacia atrás, sí­­, hacia atrás...

Es lo que es.

No porque sea la primera vez que te sueño, pero sí­­ de esta manera. Extraño sueño tranquilo y emocionante, el rosedal de mis certezas se llenó de espinas dulces como anhelos y besos añejos. Culpo a la edad por ello y sé que me vuelvo a mentir como tiempo atrás. La soledad? No, tampoco es ella. Nadie carga con mis lágrimas más que yo. Es la sinfoní­­a de mis emociones que empieza a desafinar, lo sé.

Hay una estación nueva allá adelante, y espero llegar pronto, pero siento como si hubiera dejado algo en la anterior y eso me aturde. Tan real el sueño...

Anoche soñé con vos.

Fue un sueño, nada más.
El más hermoso, nada menos.