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Confianza...

Qué es la confianza? Para qué sirve? Por qué confiamos? En quiénes confiamos? Confían en nosotros?

Confianza, entre seres humanos, es, más o menos, la espectativa que tenemos y depositamos en la conducta y acciones que tendrá otro. Sin ella, sin la "confianza", sería sin dudas muy difícil que las relaciones personales y sociales, vitales para que una sociedad funcione, pudieran mantenerse y prosperar.

Confiar es poner fin, por un período de tiempo, a las dudas que tenemos respecto del comportamiento de los demás en una situación dada.

Cuando se establece un vínculo de confianza, de cualquier naturaleza, se espera, como si de un contrato se tratara, que las partes involucradas cumplan con el compromiso que tal vínculo implica.

Cuando en el transcurso del tiempo, ese compromiso se ve postergado, violado, incumplido, la confianza se pierde, y con ella, la suspensión de la incertidumbre.



El jueves 27 de Noviembre, mi hija fue sometida a una operación de diábolos, en la Fundación Arauz, a cargo del Doctor Santiago Arauz, reconocido especialista y referencia habitual en el campo de la otorrinolaringología, por su experiencia y trayectoria.

La operación de oídos resultó ser, además, una amigdalectomía, intervención sobre la que no se nos había informado de antemano. Lara ingresó alrededor de las 09:00 al quirófano, y el doctor nos hizo llamar a las 09:20, para informarnos que la operación había sido un éxito, y que había "aprovechado" para sacarle las amígdalas, porque las había visto "muy mal", tales fueron las expresiones textuales del doctor Arauz.

La situación resultó ser de lo más violenta porque no se nos insinuó siquiera que podían someter a nuestra hija a esa intervención, para la que no la habíamos preparado, y para la que no estábamos preparados tampoco. Según el doctor Hernán Chinski:
Es importante que los padres hayan evacuado todas las dudas antes de programar la intervención. Los niños, cuando perciben la tranquilidad de los padres, generalmente llegan con tranquilidad al día de la cirugía. Hay que explicarles que van a llegar a un quirófano y que se van a quedar dormidos al lado de papa y/o mamá por medio de una nebulización con un olor particular. Al despertar deben saber que van a sentir molestias en la garganta, pero que van a estar al lado de sus padres. (Ver aquí)
Eso mismo no sucedió. Lara sabía que iban a "destaparle" los oídos, pero nada más.

Dado que se trataba de una intervención que no es de Vida o muerte, entiendo que el doctor Arauz debería habernos consultado antes de decidir unilateralmente, en base a su experiencia, puesto que los estudios no indicaban nada sobre problemas de amígdalas y nunca había tenido un episodio de amigdalitis, extraerlas. Nosotros, los padres de Lara debíamos decidir si era mejor operarla en ese momento o más adelante.

En fin, el doctor Arauz, que vio a Lara, una semana después, se enojó conmigo por haberle recrimindado el hecho de no consultarnos antes de operar las amígdalas diciendo cosas como "Ustedes me la trajeron a mí" y "Ustedes me autorizaron a realizar la operación". Lo cierto es que lo autorizamos a operar a nuestra hija de los oídos, nada más. Y si fuímos con él fue porque confíamos en otro médico, el pediatra de Lara, porque, al menos yo, nunca le tuve mucha confianza. Los médicos demasiados distantes, demasiados "elevados" de sus pacientes, suelen tener mucha experiencia en sus especialidades, y nada en humanidad y trato con las personas. En fin, que el doctor nunca explicó concretamente por qué decidió eso sin consultarnos.

Lara está bien, después de haber pasado una semana de mierda llena de dolor y sufriendo además nuestra incertidumbre y malestar. La extracción de sus amígdalas mejorará su situación auditiva? No bastaba con los diábolos? Quién sabe... Sólo se trata de lo que diga el doctor Arauz. Se trata de una cuestión de confianza, y yo no le tengo ninguna.

Habrá seguramente más de uno que quiera saltar gritando en defensa del doctor con argumentos tales como "él sabe por qué lo hizo", "lo hizo para evitarle un mal mayor". Sus conocimientos o experiencia no están en jucio. Nada lo justifica de tomar desiciones sin autorización o sin consultarnos.

Quien no sea padre, difícilmente entenderá por qué siento lo que siento...

Lamento, hija mía, no haberte preparado para eso. Confíamos, como vos en nosotros, en que la "experiencia médica" esta vez no iba a imponerse sobre el respeto hacia la humanidad de las personas.

Te Amo, hija... Nunca más te voy a hacer pasar por algo así sin prepararte. Te lo prometo.